Hugo De Jesús
Para esta entrega de Reflexiones de un burro me gustaría abordar estos dos temas, los cuales serán tratados con la seriedad que se le merecen.
Si ya de por si es grande la responsabilidad de contribuir a la eficiencia terminal, hay que sumar la otra gran responsabilidad de guiar la educación de una localidad, municipio o país en, valga la expresión, un cuarto que varía en cuando a recursos dependiendo del lugar.
Algo que me parece curioso es el hecho que se habla de sociedades integrativas, de ambientes de aprendizaje que buscan escenarios para fomentar la sociabilización. El docente esta sólo es una suerte y ambiente donde debe ingeniárselas (sin haberlo preparado en esos aspectos) para generar interés sumado a que tiene como regla de oro fomentar el aprendizaje autónomo, para encasillarlo en un docente 2.0.
En cualquier institución hay criterios, los cuales obedecen a diferentes intereses y realidad productiva a la que están direccionados, la enseñanza-aprendizaje en mi humilde opinión de burro se ve saturada, en estos momentos, por tantos y tantos elementos que autoridades por la fuerza intentan verter.
La docencia es como la soledad, se practica en lo privado y se aplica en el domino público, este último, paradójicamente es donde el docente se encuentra a ciegas, sólo, sostenido por un sistema educativo raquítico, excluyente y hasta caníbal.
Puede que lo último sea una hipérbola por mi parte, creo que hay una exageración y soberbia institucional por parte de las instituciones y sus pretensiones profesionales, no del personal, se aplaude y se festeja esa visión ambiciosa y futurista pero ¿Qué hay en la soledad de ser docente?
El docente en 2018 se ve frente a exámenes que sólo cumplen requisitos, a volverse todólogo, a una sobrevaloración y a una total devaluación en su figura, a ser mal pagados (sino estas basificado), concursos de oposición, a una prosa de reforma educativa que cree que otorgar apoyos y profesionalización es la panacea, cuando es lo más natural que realizan las instituciones, el ingreso, promoción y permanencia, por mencionar algunos.
Al final el docente se encuentra sólo, en su labor profesional, en un cuello de botella junto a sus alumnos que tarde o temprano traerá conflictos. Entonces ¿Cómo te saco adelante? Y ¿Quién me ayuda a salir adelante? No estoy diciendo que el docente es un mártir pero que poco a poco se le apoya menos y se le encomienda una responsabilidad nacional, cuando debería ser una responsabilidad colectiva no particular.
Hay una regla no escrita, el docente sabe que está en sus manos encontrar áreas de oportunidad para que sus alumnos lleguen a aprendizajes y experiencias significativas, lamentablemente se ve contra la pared cuando tiene que encontrar un coeficiente correcto.
Al menos para este burro la docencia es práctica y experimentación, que no es sinónimo de ocurrencia sino de reflexión profunda; la evaluación cómo se maneja, deja insatisfechos a los docentes ya que al ser una herramienta tan subjetiva, al menos así se comprende, puede provocar un tipo de soledad en el evaluado.
Está claro algo en la mayoría de los casos, que he escuchado nadie del gobierno federal-estatal-local quien se enseñar a enseñar para que sus alumnos aprendan a aprender, si hay instituciones pero se ver inmersas en otros intereses casi antinaturales para la docencia.
Pero no se puede sólo culpar al INEE, UNESCO,SEP, entre otros, el servicio profesional docente no es una política profesional aislada forma parte de todo un ecosistema, los paradigmas de soledad y colectividad son difusas y no bien planteadas, son escenarios que demandad competencias que deben ajustarse en esta interacción de roles en los ambientes de aprendizaje.
La responsabilidad se sacar adelante a un grupo y no perfiles, es una gran responsabilidad y la soledad en su quehacer, debe ser un tema de interés y en la medida de lo posible, un tema de investigación.
La soledad en la práctica profesional docente no debe obligar lo a sentirse desamparado sino todo lo contrario, hacerle ver sus capacidades, que en su soledad trabaja, pueden coexistir y ser el mejor mediador ante la soledad de ser docente y la responsabilidad de educar para la sociedad, hay que entender que los alumnos deben entrar al mundo salir al mundo.
Por ultimo estoy de acuerdo que se haga un examen para adquirir plaza aunque hacienda cada año baje el presupuesto, al igual que se ve mermada por líderes sindicales y mafias educativas, se tiene un presupuesto de 450 millones de pesos para 1200 o 1300 plazas, son necesarios los viáticos a quienes los mandan a comunidades alejadas de su hogar, capacitación y asesoría para el personal que presenta.
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